Definitivamente HAY UN CAMBIO NOTORIO ENTRE LA CRIANZA
DE ANTES Y LA DE AHORA
Anteriormente la
tendencia era establecer una autoridad
vertical; eran épocas en que los hijos obedecían ciegamente
y el padre afirmaba “porque lo digo yo”.
Los límites eran sólidos, las reglas claras y si se incumplían siempre había una consecuencia. La
debilidad de este estilo es que los
hijos no interiorizaban la necesidad del cumplimiento de la norma y
funcionaba muchas veces sólo
cuando la autoridad estaba presente.
Hoy en día los padres se han pasado al otro extremo, escucho a muchos decir con orgullo “yo soy pata de mi hijo, soy su amigo”. Realmente qué necesita tu
hijo? Amigos tiene a montones, por
todas partes y de todo tipo, pero ¿Padre?
SOLO HAY UNO y tiene que tomar las
riendas de la orientación
de sus propios hijos, es la
responsabilidad que le toca asumir guiando, corrigiendo, diciendo un NO a
tiempo.
Quieren los padres ser democráticos en la educación? Eso es distinto, es un estilo que tiene muchas
ventajas porque le deja iniciativa al hijo, el cual no obedece por temor, pero se le enseña a tener la
responsabilidad de sus acciones, puede
expresarse con facilidad con la
tranquilidad de que no será censurado.
Pero hay otros
padres que permiten que el hijo haga caso omiso a las normas o que rompa las
reglas y no hay ninguna consecuencia o
se hacen de la vista gorda. Qué consecuencias puede traer este tipo de actitud
paterna? El riesgo es que ese hijo sea un adulto que le costará aceptar reglas pues se acostumbró a transgredirlas porque no hay consecuencias pues “al que no
cumple nada le pasa”. Eso es lo que aprendió en un hogar muy permisivo y sin autoridad, tendiendo al caos donde los
chicos manejan a sus padres y obtienen de ellos todo lo que quieren.
Las reglas sirven para regular la convivencia, para protegernos, hay normas
en la familia, colegio, en el trabajo, así como en la calle; un ejemplo muy simple pero significativo
es el pararse en el semáforo en rojo. De lo contrario sería una conducta de riesgo para uno y para los
demás.
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