martes, 16 de septiembre de 2014

Rescatando la función de Padre

Tendemos a pensar que el hombre no puede asumir solo la crianza de un niño pequeño, ¿por qué? porque lo vemos quizá más competitivo, enfocado  en cuestiones laborales,  interesado en  deporte, política o temas comerciales?

Si nos remontamos a la crianza de niños y niñas hay una gran diferencia aún en estos tiempos,  entre los juegos considerados para varones, como  carritos, pistolas, pelotas, trenes, soldados  y los que se fomentan en las mujercitas como jugar con la casita,  a la comidita, a las muñecas y a cómo cuidarlas. Como el juego prepara para la vida, las mujeres  llevan alguna ventaja en este sentido   pero ello no significa que el hombre no desarrolle vínculos fuertes, relaciones empáticas, entrega,  amor   y ternura.                                                                                      
Un papá soltero, divorciado o un padre viudo acaso no  podrá sacar adelante en todo sentido a su niño?
La ausencia de uno de los padres y en este caso de la mamá,  es un factor sustancial en la vida de un niño, en  esta situación la crianza  se torna  difícil, pero no  por incapacidad del papá sino por el hecho mismo.

Conozco padres que asumen su responsabilidad por entero, buscan información y orientación para prepararse mejor para tener más herramientas y conocimientos acerca de cada etapa de desarrollo, inquietudes, necesidades, juegos,  para ir creciendo como personas y en su tarea de padres.

No subestimemos  su capacidad de criar, formar, educar. En nuestra experiencia como psicólogas vemos frecuentemente cómo el padre hace un verdadero vínculo con su hijo, cómo sintoniza con lo que necesita o le pasa, cómo le brinda confianza, cómo los acoge avanzando juntos en esta relación. Hay muchos testimonios de hijos que comentan la unión que tienen con su papá y que aún de adultos comentan que la relación con su padre es mejor que con su mamá “mi mamá estaba más centrada en las obligaciones que tenía que cumplir, en cambio mi papá me escuchaba, lo sentía cercano”.

Nuestra sociedad  sigue adjudicando mayormente la crianza de los hijos a la madre y los roles aún se ven frecuentemente definidos como “la mujer para cosas del hogar y de los hijos” y “ el hombre para cosas de trabajo” .
Recomendamos mantener las redes de sostenimiento con la familia, con otros padres que estén atravesando por la misma situación para compartir y aprender unos con otros.  También es provechoso asistir a Escuela para Padres, talleres que informen y orienten  en su rol  de padres.

“Un árbol protege, cobija y da sombra”

Margarita Arboleda B.

Psicóloga-Psicoterapeuta
Miembro del Equipo Directivo 
                                                          www.centrodeasesoriapsicologicatikay.com

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