viernes, 2 de octubre de 2015

“¿Qué tan bueno es que tenga una Tablet un niño pequeño?”

Durante estos últimos años, se observa a muchos niños utilizando cada vez más la tecnología y en algunas ocasiones mejor que los adultos. Las famosas tablets están jugando un papel protagónico en los niños muy pequeños como parte de sus juguetes. Los niños desde temprana edad, las utilizan y pueden aprender a jugar, ver películas, fotografías y mucho más, ya que estas son de muy fácil manejo.
Muchos papás piensan que este tipo de actividad, fomentan el desarrollo y aprendizaje, así como lo utilizan para entretener a sus hijos y mantenerlos ocupados mientras están en el carro, en un restaurante o incluso en la misma casa, la realidad es que están cometiendo un grave error.
En diferentes estudios realizados se ha observado que el uso de estos  aparatos, podría dañar el desarrollo neurológico y la interacción personal de los niños pequeños. También se dice que mucho tiempo tras la pantalla se ve asociado con problemas de comportamiento y poco desarrollo social en niños más grandes.
La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría establecen que los bebes de 0 a 2 años no deben tener ningún contacto con esta tecnología, de 3 a 5 años restringirlos a 1 hora por día, y de 6 a 18 años de 2 a 3 horas por día según la edad.  Lo cierto es que muchos de los niños y adolescentes en la actualidad utilizan de 4 a 5 veces más esta tecnología que la cantidad recomendada.
La Academia Americana de Pediatría ha realizado diferentes estudios en donde se ha observado que el  uso de estos equipos en niños de 2 años no es recomendable ya que, pierden habilidades sociales básicas y sacrifican más de lo que creen. Dañan las retinas oculares que no han madurado a su corta edad al estar expuestos durante demasiado tiempo a las pantallas brillantes. Además, el desarrollo muscular no llega a su desempeño ideal al no escribir o realizar actividades motrices.
El uso temprano, así como el uso excesivo de estos aparatos tecnológicos generan diferentes dificultades en el desarrollo normal de un niño y un adolecente en etapa de crecimiento, puede generar o estar asociado a problemas de déficit de atención y de aprendizaje, retrasos cognitivos. Se ha observado también aumento de la impulsividad y disminución de la capacidad de autorregularse. El uso de estas tecnologías también disminuye como dijimos el movimiento, pudiendo generar algunos retrasos motores, disminución en la fuerza muscular de los dedos y sedentarismo. Genera en algunas ocasiones, trastornos en el sueño, problemas de vinculación con sus pares y demás personas, aislamiento del niño y dificultad para ser empáticos. Así también puede generar futuras adicciones. Por último, las radiaciones generadas podrían afectar la salud del niño.
Hay que saber entonces, desde cuándo puede acceder el niño a esta tecnología y cuánto tiempo es el adecuado. Poniendo siempre los límites claros y consistentes en su uso.

Recalcar que el juego en estas edades cumple un papel fundamental, así como el contacto humano que ellos puedan tener. Es sabido que para que un niño crezca de manera adecuada lo más importante sobre todo es la calidad de tiempo que pasa con sus padres y familia, así como las exploraciones y experiencias que realice en su entorno. 

Escrito por  Verónica de la Peña (Especialista en Audición-Lenguaje y Problemas de Aprendizaje) para el portal de la Revista Padres

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