Si normalmente los niños están con muchos estímulos en
la sociedad del siglo XXI, ¿nos podemos imaginar cómo es en época de navidad? Los encontramos bombardeados por todos los medios de
comunicación y esto los torna más excitables, tensos, ansiosos, exigiendo o
presionando a sus padres y todo debido a
los regalos que supuestamente van a recibir.
En unos pocos sucede así y en muchos otros esto se ahonda más, pues además del laberinto de mirar todos los juegos
y juguetes que se publicitan, cuando los padres no pueden dar estos gustos los
niños experimentan decepción, una gran frustración y cólera, además de
resentimiento.
No quiere decir que tengamos que darles todo lo que
piden, al contrario, creo que está en la creatividad de cada familia ir viendo
cómo se festeja esta fiesta para que todos puedan sentirse felices,
compartiendo, ayudando y más unidos. Ejemplo de esto está en niños que
comparten su alcancía comprando juguetes para los que no tienen, otras familias
van y alegran a los que están enfermos o
que no tienen padres.
Hoy en día es un verdadero reto para
las familias encontrar la manera cómo no quedar atrapadas en lo comercial, en
cosas secundarias y darle un sentido más profundo a esta fiesta.
Escrito por Margarita
Arboleda B. (Psicóloga-Psicoterapeuta) para el portal de la Revista Padres de Hoy
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