lunes, 2 de mayo de 2016

El ABC de los padres separados


Cada vez más encontramos a padres que deciden separarse, incluso después de varios intentos de recuperar ese amor conyugal, culminan con el rompimiento de su relación. Es entonces, cuando escuchamos expresiones que revelan sentimientos encontrados de dolor, angustia, rencor, ira y pena, llegando en ocasiones a la depresión.
En efecto, una de las mayores crisis que atraviesa la familia es la separación de los padres, y los hijos experimentan estados profundos de sufrimiento. Por eso los vemos, vulnerables, desconcertados, tristes por la pérdida de uno de los padres, desilusionados de la imagen idealizada del padre o madre, con miedo a ser abandonados, con sentimientos de soledad, culpa por sentirse responsables de la ruptura, así como con rabia que puede verse reflejada en una mala conducta en el colegio o en casa.

¿Qué hacer
-Reconocer que no es fácil enfrentar al mismo tiempo la ruptura de pareja y hacer el trabajo de padres.
-Brindar a sus hijos (ambos padres) la explicación sobre la decisión de separarse, buscando una ocasión en la que estén relativamente tranquilos para hablar con claridad y honestidad, evitando comentarios que pueda ocultar la verdad o generar expectativas.
-Escuchar sus preguntas y preocupaciones, propios de la situación, dándoles confianza, seguridad y tranquilidad en las respuestas.
-Manifestar que el amor y cariño hacia sus hijos no se va alterar con la separación y que por siempre seguirán contando con  papá y mamá.
-Lograr  entre los padres una relación de respeto y comunicación centrada en sus hijos.
-Evitar las discusiones y pleitos cuando sus hijos están presentes, recordando que a más conflictos perciban, mayores dificultades tendrán para adaptarse a la nueva situación.
-Continuar coordinando los temas de disciplina, salud, aporte económico, visitas, viajes, entre otros.
-Facilitar el acercamiento del progenitor que no vive con los hijos.
-No hacer comentarios negativos, hostiles y despectivos uno del otro.
-No usar a sus hijos como mensajeros, árbitros o como un instrumento de presión.
-Cumplir las promesas, disculparse y explicarles cuando no les sea posible hacerlo.
-Mantener en lo posible las rutinas de sus hijos.
-Conservar intactos el mayor número de vínculos con los abuelos, tíos y primos, intentando que sea constante las relaciones.
-Tomar en cuenta que todo PROCESO DE SEPARACIÓN ES UN DUELO, tanto para los padres como para los hijos.

Ivonne Santiváñez Pineda
Psicóloga-Psicoterapeuta

Miembro del Equipo Directivo

                                        www.centrodeasesoriapsicologicatikay.com

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