El ingresar
al nido, supone un cambio importante en la vida del niño, pasa de un ambiente
familiar, conocido, con rutinas establecidas que le proporcionan seguridad y
protección, a un ambiente desconocido, con otros niños y adultos, y con nuevas
rutinas a las que se tiene que acomodar.
Durante este periodo, es
importante que exista un soporte emocional, de los padres y el nido. Una
adecuada intervención y acompañamiento con afecto, paciencia, transmitirá en el
niño seguridad, confianza y tranquilidad, haciendo que este proceso de
adaptación sea más llevadero y en un menor tiempo.
Cada niño es
diferente, cada uno tiene un ritmo distinto y un proceso individual de
adaptación. Durante este periodo los niños pueden pasar por variadas manifestaciones, llantos, pataletas,
dejar de comer, pegar, no querer ir a dormir, incluso pesadillas, otros se
retraen, se muestran callados, se aferran a la mamá o algún objeto traído de
casa, por el contrario otros pueden adaptarse de forma rápida y contentos, pero
es importante la observación en cada uno de ellos, apoyándolos en su
proceso, mostrándoles confianza,
seguridad y sobre todo respetando su proceso.
De igual
manera, los padres también pasan por un periodo de adaptación a esta situación,
algunos tienen angustia, temores y comienzan
las dudas, ya se acerca de la profesora, la metodología, el nido.
Lo primero
para todas estas manifestaciones es importante que exista una comunicación
constante entre el nido y los padres, para calmar estos sentimientos de inseguridad, los que son
transmitidos después al niño.
El rol de la
educadora es muy importante, ella debe ser muy empática con los padres,
contenerlos, así como crear un vínculo
estrecho con el niño, ir conociendo poco a poco sus gustos, intereses, lo que
le agrada o le desagrada, creando así un clima afectivo, adecuado y amable para
el niño.
Algunas recomendaciones para que este proceso sea
de una forma adecuada para todos:
· Puedes ir con
tu pequeño a visitar el nido con anticipación, conocer a la profesora e incluso
jugar con él ahí por un momento.
· Ideal si
puede tener un tiempo de juego con la profesora, creando un vínculo, en un
ambiente cálido y acogedor.
· Es importante
conversar con la profesora sobre la estrategia más adecuada para lograr la adaptación
del niño, ya que no todos los niños requieren el mismo proceso. Algunos
niños se quedan solos desde el primer día, otros buscan el apoyo o la presencia de
mamá, papá o su nana los primeros días.
- Si el niño requiere que una persona de su entorno este dentro del salón, dejar que esta persona pueda estar durante los primeros días y poco a poco, según observe la profesora, esperar afuera del aula, hasta que su presencia ya no sea necesaria.
- En un inicio, dejar que vaya al nido por tiempos más cortos, así se podrá ir feliz a casa y es bastante probable que quiera regresar al día siguiente.
- Es muy importante la puntualidad, sobre todo a la hora de la salida, que no sea de los últimos porque empieza a sentir mucha angustia pensando que sus papás no regresen.
- Si el niño necesita llevar un objeto de casa, al salón, como su trapito, babita o un muñeco favorito, deje que lo haga. De esta forma se lleva un poco de casa al nido y esto le da mucha seguridad.
- Si los padres están muy inseguros con el proceso de adaptación, es importante que busquen conversar con la profesora sobre sus inquietudes.
Verónica de la Peña
Terapeuta de Lenguaje y Aprendizaje
Miembro del Equipo de Colaboradores
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