En un abrir y cerrar de ojos ¡todo cambió! Y qué hacemos?
Hay dos opciones: una, me quedo paralizado o
me encierro, me deprimo ?¿ niego
lo que está sucediendo y quiero seguir como siempre? o abro los ojos, me enfrento a la
situación y trato de ponerle ganas a ver
cómo vivo esta nueva vida, cómo le saco algún provecho para mí y para los demás?
¿Intento adaptarme y voy creando nuevas
formas de vivir esta situación?
Nadie dice que es
fácil, creo que en un primer momento todos pasamos por la sorpresa, desconcierto, miedo a la situación,
desconfianza, dudas, frustración, impotencia, rabia, elementos semejantes al de
un duelo porque por un lado es la amenaza y el riesgo permanente a nuestra
salud y en muchos casos a la vida misma,
sentimos que la muerte puede estar a la vuelta de la esquina, por otro
lado está otra pérdida: la de nuestro estilo de vida. Podemos tener malestares
físicos además de ansiedad, angustia.
Pero todos contamos
con una fuerza interior, una energía que nos empuja a salir adelante, a no
quedarnos y también contamos con algún apoyo de nuestro entorno, la familia, amigos; igualmente son pilares la
música, la pintura, ejercicios de relajación, meditación, la actividad física,
la lectura, escribir, etc. Usemos la mente
para viajar a algún lugar placentero, la imaginación pensando cómo serán
las nuevas formas de convivir mientras esta pandemia se termina.
Si sentimos que no
avanzamos pidamos ayuda, hay muchas instituciones que gratuitamente ofrecen sus
servicios por internet o a alguien de nuestra confianza.
A buscar esa
fortaleza en nuestro interior para seguir avanzando,
Margarita Arboleda
Psicóloga-Psicoterapeuta
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