Un tema polémico de los padres es
saber ¿cómo lograr que su niño duerma en
su propio espacio privado e íntimo de su cama y no se tenga que pasar a la de
ellos?, quizás los comentarios son diversos y pueden ser incluso contradictorios.
Debemos partir de la premisa que
es un proceso gradual lograr que el niño aprenda a querer su habitación y cama,
en
el caso de que los niños han permanecido en el cuatro de sus progenitores,
puede iniciarse con una explicación previa de los cambios que se van a ir
dando, como el salir de la habitación de los padres y que ellos van a estar muy
cerca a él. Además resaltar las ventajas
que tiene contar con su propio espacio para descansar durante las noches.
Muchos estudiosos al respecto nos
manifiestan que las dificultades del niño
nace de la propia angustia de los padres en generar la separación de su hijo,
por ello es importante convencerse de que compartir el lecho de los padres no
beneficia ni a chicos ni a los adultos.
Es importante que los progenitores transmitan tranquilidad, seguridad
y tolerancia, porque es posible que el niño se aparezca cada noche pidiendo
dormir con mamá o papá, entre llantos y pataletas. Es entonces necesario
hacerlo volver a su cama, cuántas veces sea, calmándolo con cariño y siendo
constante.
Es bueno que el niño tenga una rutina diaria para la hora de dormir y que
sea consistente, es decir establecer un horario más o menos fijo para que
se logre un hábito, buscando las condiciones básicas de controlar estímulos
externos que puedan perturbar el sueno, como la televisión.
Es muy común
que el niño tenga algún ritual para irse
a dormir, eso le puede permitir relajarse para conciliar el sueño, como por
ejemplo, el despedirse de sus muñecos favoritos, o tener cerca un osito o
almohada en particular. Esto es una manera de manejar su ansiedad para esta
etapa de su vida.
Es necesario que mamá o papá pueda acompañarlo un poco, contándole cuentos, cantándole
una canción, dándole un beso y diciéndole de manera tierna: “duerme tranquilo
porque mamá y papá están cerca cuidándote”.
En aquellos
casos en que el pequeño no concilia el sueño porque tiene miedo, sea a la
oscuridad o a estar solo, es importante permanecer al lado hasta que se duerma,
dándole tranquilidad, ya que si lo dejamos, sus temores aumentarán.
Ivonne Santiváñez Pineda
Psicóloga-Psicoterapeuta